Por fin llegó el día. Mañana se disputará el encuentro que nos ha tenido en vilo estos últimos días (o tal vez meses): Liverpool FC contra Manchester United. Es un partido con muchas emociones encontradas. Manchester debe ganar para alcanzar la punta de nuevo, ya que Chelsea consiguió los tres puntos hoy al derrotar 5-0 al Blackburn Rovers. Por otro lado, Liverpool tiene una gran necesidad de ganar, ya que ha perdido los últimos partidos y se alejó de las primeras posiciones.
Pero, tal vez todas las miradas apuntarán hacia un solo hombre: Michael Owen. El delantero regresa al que alguna vez fue su hogar, pero jugando para el archi-rival: Manchester. Ya había pisado la cancha de Anfield Road en varias ocasiones vistiendo la camiseta de Newcastle, lo cual no molestaba a los fans y no representaba peligro alguno para Liverpool. Sin embargo, ahora es diferente. No sólo viste la camiseta de Manchester, sino que también es un peligro latente para la defensa contraria, lo que puede significar una victoria para los 'Red Devils'. Es posible que los fans de Liverpool tengan muchas cosas reprimidas que le quieran gritar cuando lo vean, pero Owen es un gran profesional y estoy segura de que no se va a dejar amedrentar por comentarios provocadores o insultos (que es seguramente lo que van a gritar los fanáticos) y en cambio brindará un buen espectáculo, para mostrarles lo que se perdieron los directivos al no contratarlo. Probablemente Owen forme parte del equipo que iniciará mañana, teniendo en cuenta que Rooney aún se está recuperando de una lesión que sufrió hace poco con el seleccionado nacional y no creo que Ferguson quiera tomar ese riesgo.
Lo único que realmente sabemos es que será un duelo apacionante donde a ninguno de los dos lados le conviene perder y por eso los jugadores se entregarán en cuerpo y alma para conseguir esos tres puntos de oro.
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